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martes, 13 de enero de 2015

Oruga Peluche

Es oruga está causando estragos en Estados Unidos, ya que la mejoría de la gente los coge y los acaricia, pero lo que por fuera parece pelo, debajo de ello hay unas espinas que liberan un veneno peor que el de avispa y ese veneno produce un dolor que depende de donde te halla picado y cuantas espinas se te han clavado en la piel duele más o menos y puede durar hasa doce horas.
Estos años su población está aumentando considerablemente por barios motivos que puenden ser: por que el clima sea el adecuado para su existencia, que haya gran disponibilidad alimentos y tambien depende de el número de parásitos que se encunetren a su alrededor.
Esta oruga utiliza su veneno para defender a sus huevos de las hormigas y muchos más depredadores. Otra de sus curiosidad de esta oruga es que lanza los escrementos bien lejos de ella para evitar atraer a difernetes parásitos que las puedan herir.

Megalopyge opercularis

martes, 16 de septiembre de 2014

Tardigrada

Son osos de mar que no llegan a los 2 mm de longitud, y se le otorga ese nombre ya que sus movientos son muy lentos y que tiene un aspecto parecido, son caracterizados por ser invertebrados, estan segmentados. Son unos animales increíbles ya que soin los unicos animales que pueden sobrevivr en el vacio del espacio a presiones de 6000 atm (la presión de la Tierra es de 1 atm) y tambien pueden llegar a pasar 10 años in beber agua y son inmunes a la radiacción ionizante.
Los tardígrados fueron descritos por primera vez Johann August Ephraim Goeze en 1773, el cual los denominó osos de agua. Más tarde, el término "tardígrado"pasó a signficarse "... de paso lento"

martes, 1 de julio de 2014

El Cristal Azul, El Tesoro Que Contiene El Secreto De La Coteza Terrestre

Cuando deseamos averiguar sucesos que tuvieron lugar hace mucho tiempo, solemos buscar evidencias escondidas en los más olvidados rincones: un libro viejo, una carta escrita, una fotografía o una medalla perdida. Algo parecido hacen los científicos cuando intentan encontrar evidencias del pasado de la Tierra. Lo primero que deben hacer es encontrar esos rincones olvidados. No es fácil dar con ellos porque nuestro planeta, a medida que envejece, suele ir echando tierra sobre los restos del pasado. No obstante, la Tierra es un planeta vivo y, con el tiempo, se va llenando de arrugas, unas arrugas que forman pliegues en la piel terrestre y, a veces, hacen aflorar a la superficie restos más antiguos. Uno de esos lugares está en una región australiana conocida como Jack Hills – las Colinas de Jack.
En esa región australiana afloran rocas antiquísimas, probablemente las primeras que se formaron cuando comenzó a solidificarse la superficie terrestre, hasta aquel momento constituida por un inmenso océano de magma incandescente.
Podríamos pensar que el secreto de la edad de la Tierra sólo se puede extraer de enormes cantidades de rocas pero no es así. La muestra más antigua de la Tierra – hasta ahora – está contenida en un diminuto cristal azulado de zircón apenas visible a simple vista.
Según lo describen los propios científicos, su tamaño viene a ser dos veces el grosor de un cabello humano. Nos es difícil dar con cristales tan pequeños de zircón, lo cierto es que se trata de un mineral que abunda en la naturaleza, lo realmente difícil es dar con uno formado en los albores del planeta ¿Qué tiene de original, pues, ese diminuto pedazo de roca para que contenga el secreto de la longevidad de la Tierra?
La historia, según cuentan los científicos, comenzó hace mucho, mucho tiempo. Hace 4.400 millones de años. Fue entonces cuando la parte más exterior de la Tierra comenzó a solidificarse y aparecieron las primeras rocas. Los elementos químicos que abundaban en aquellos momentos fueron agrupándose creando pequeños cristales y, según se describe en un artículo publicado en Nature Geoscience, uno de ellos pudo ser el diminuto cristal de zircón que fue encontrado en Jack Hills en 2001. ¿Cómo sabemos que ese pequeño cristal azulado pertenece a las pocas rocas que se formaron en aquellos momentos?
Cuando se forma el cristal de zircón, la red cristalina tiene una propiedad muy interesante: admite a los átomos de uranio pero rechaza los de plomo. El Uranio 238 es un elemento radiactivo que puede ser utilizado como reloj, se desintegra a un ritmo muy lento, tanto que, si se parte de una cantidad concreta, 4.468 millones de años después sólo queda la mitad. La otra mitad sufre una cadena de desintegraciones que tienen como producto final el plomo 206, que es estable. Así pues los átomos de uranio inicialmente incluidos en el cristal de Zircón fueron transformándose en plomo, unos átomos de plomo que, al estar atrapado el uranio “madre” en la red cristalina, no pudieron escapar. Midiendo la proporción de Uranio y plomo Valley y sus colegas han podido calcular el momento en el que el cristal se formó. El resultado sorprendió a todo el mundo: 4.400 millones de años, mucho antes de lo que se pensaba.
Esta fue la conclusión cuando se descubrió el cristal en 2001 pero, en aquellos momentos, la comunidad científica se mostró incrédula. Al fin y al cabo, 4.400 millones de años es mucho tiempo y cualquier roca que se formara en aquellos momentos, ha debido sufrir muchas transformaciones hasta llegar a nuestros días. Ahora, gracias a modernas técnicas de tomografía atómica, el equipo de investigadores ha podido estudiar el cristal y determinar que contiene capas formadas en distintos momentos de su historia. Una parte no ha sufrido cambios desde su origen, pero otra capa más externa se formó 100 millones de años más tarde. Los resultados no solamente han confirmado las medidas iniciales sino que, además, han permitido analizar otros componentes del cristal, como el oxígeno, en aquellas partes que se formaron después, hace 4.300 millones de años. Los isótopos del oxígeno permiten determinar cómo eran las condiciones climáticas en el momento de su inclusión en el cristal. Los análisis parecen indicar que hace 4.300 millones de años ya existían condiciones compatibles con la existencia de agua líquida en la superficie y el agua ya sabemos que es esencial para la existencia de vida. Aunque los fósiles más antiguos conocidos datan de 800 millones de años después, el descubrimiento hace pensar que la vida pudo surgir en la Tierra mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora.
Así es cómo un cristal de zircón, tan pequeño que apenas se puede ver a simple vista, nos habla de los primeros momentos de la existencia de nuestro planeta.




ZIRCÓN: https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=4990229565961494668#editor/target=post;postID=4195841788266818517;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=12;src=postname



Trogocitosis, una nueva manera de “comer”.


Estará de acuerdo conmigo en que una de las condiciones requeridas para nuestra vida es comer. Este menester es absolutamente necesario para mantener con vida a los organismos incapaces de generar nutrientes por sí mismos. Entre los que sí los generan se encuentran las plantas y los microorganismos fotosintéticos, capaces literalmente de vivir sin comer, de vivir solo de aire, luz, tierra y agua, los cuales generan los nutrientes necesarios para mantener a los demás seres vivos.
La adquisición de nutrientes externos no es un problema menor, como sabemos los que tenemos que comer tres o más veces diarias, siempre que el bolsillo lo permita, lo cual, lamentablemente, no está asegurado para todos, ni mucho menos. Obviamente, todos los organismos superiores cuentan con sistemas específicos para llevar a cabo la incorporación de nutrientes al organismo. Me refiero, claro está, a la boca o pico y sistema digestivo. Incluso las primitivas bacterias cuentan también con mecanismos moleculares especiales que les permiten captar moléculas nutritivas –como, por ejemplo, la glucosa– presentes en el medio en el que viven, e incorporarlas a su interior.
Formas de alimentarse
Además del anterior, algunos microorganismos pueden conseguir nutrientes mediante los procesos denominados fagocitosis y pinocitosis. La fagocitosis consiste en la ingesta de otro microorganismo o célula, o de sus restos mortales, por parte de, por ejemplo, un protozoo. En este proceso, la membrana de la célula fagocítica rodea a las partículas sólidas, las engloba formando una vesícula, y las incorpora al interior celular, donde, tras su digestión por enzimas, sus nutrientes son utilizados por la célula que las ha fagocitado.
La pinocitosis es un mecanismo similar, pero, en este caso, la célula no engloba a partículas sólidas grandes o a otras células, sino solo a una pequeña cantidad de líquido externo, que contiene moléculas nutritivas disueltas. Este líquido nutritivo es así incorporado y sus nutrientes aprovechados por la célula.
Hasta hace muy poco se pensaba que estos tres mecanismos, transporte específico de moléculas, fagocitosis y pinocitosis, eran las únicas formas de adquirir alimentos por parte de los organismos unicelulares. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Virginia, en EE.UU. han publicado en la revista Nature el hallazgo de una nueva manera por la que algunas células primitivas captan nutrientes.
Este descubrimiento se ha realizado al estudiar el mecanismo por el que el microorganismo Entamoeba histolytica causa enfermedad. Este microorganismo es un protozoo, una ameba, que infecta a unos 50 millones de personas en el mundo, en particular a niños en países pobres. La infección causa disentería, caracterizada por una fuerte inflamación del intestino, sobre todo del colon, que origina diarrea severa, la cual incluso puede contener sangre, acompañada de fiebre y de dolor abdominal. Esto, en algunos casos, puede causar la muerte de niños malnutridos.
Una nueva forma de comer
En el caso de la infección por Entamoeba histolytica, la disentería es causada por una severa destrucción del tejido y de las células intestinales, que puede conducir a ulceraciones. El mecanismo por el cual la ameba acaba con la vida de las células del intestino no estaba claro, aunque se pensaba que el microorganismo primero mataba a las células mediante la secreción de toxinas, y luego las ingería por fagocitosis, una vez muertas.
No obstante, los estudios realizados en la Universidad de Virginia, llevados a cabo mediante nuevas técnicas de observación microscópica en vivo y en directo, han revelado que esto no es así. La ameba establece contacto con las células intestinales, pero no las fagocita ni las mata con toxinas, sino que simplemente “mordisquea” la membrana de la célula intestinal y le arrebata pequeños fragmentos que son ingeridos. Este “mordisqueo” depende, como todo, de mecanismos moleculares, los cuales se ponen en marcha tan solo un minuto después de que la ameba se ha adherido a la célula intestinal. Una vez comenzados, los mordisqueos continúan hasta que la célula intestinal finalmente muere, momento en el que la ameba se separa de ella y migra en busca de otra víctima a la cual mordisquear hasta matarla. Esta nueva manera de “comer” por parte de la ameba se ha denominado trogocitosis, ya que el prefijo “trogo” en griego, significa mordisquear. La trogocitosis es, por tanto, el mordisqueo de unas células a otras.
Curiosamente, esta no ha sido la primera vez que la trogocitosis se ha observado. Al parecer, este proceso se descubrió hace más de diez años en las células del sistema inmune, en particular durante la activación de los linfocitos T por parte de las llamadas células presentadoras de antígenos, que, en efecto, presentan los antígenos extraños que han captado a estos linfocitos y los activan para la lucha contra el invasor. Esta presentación requiere un contacto estrecho con el linfocito T, en el cual se produce una transferencia de componentes de la membrana al linfocito, como si la célula presentadora de antígenos alimentara así a este y lo ayudara en su preparación para la lucha. Se creía que la trogocitosis era, por esta razón, un moderno mecanismo evolutivo propio de las células inmunes. Ahora sabemos que no es así y que se trata de un primitivo proceso de alimentación de algunos microorganismos, conservado durante la evolución.
Al margen de la curiosidad científica, este descubrimiento permitirá ahora analizar en profundidad el mecanismo de la trogocitosis e intentar así desarrollar fármacos que lo impidan, lo que podría resultar en una terapia más eficaz para evitar las infecciones por Entamoeba histolytica.

miércoles, 30 de abril de 2014

jueves, 17 de abril de 2014

Gibón, El Mono Acróbatico

Gibón(Hylobatidae)

Estos mamíferos acrobáticos, endémicos de las densas selvas sureñas de Asia, están perfectamente adaptados a la vida arbórea por lo que muy pocas veces descienden al suelo. Estos primates tienen fuertes manos en forma de gancho para aferrarse a los troncos de los árboles, con brazos extremadamente largos para alcanzar ramas lejanas con patas largas y potentes para mayor impulso y agarre. Las articulaciones de sus hombros están especialmente adaptadas para admitir un mayor rango de oscilación giratoria cuando se balancean de rama en rama.

Su dramática forma de locomoción arbórea, denominada braquiación, permite a los gibones desplazarse mediante el balanceo a través de la jungla a una velocidad de hasta 56 kilómetros por hora, salvando espacios que pueden llegar hasta los 15 metros de longitud con un solo salto pendular. La braquiación también les proporciona la ventaja única de balancearse y alcanzar frutas en los extremos de las ramas, lo que limita la competencia por su alimento preferido.
Cuando los gibones caminan, bien sea andando por las ramas o en las pocas ocasiones en las que descienden al suelo, lo hacen de forma bípeda, lanzando los brazos sobre sus cabezas para mantener el equilibrio. Son los animales de mayor tendencia bípeda de los primates no humanos y a menudo son objeto de estudio, para obtener más pistas sobre las presiones evolutivas que impulsaron al ser humano a caminar.
Guibón